domingo, 29 de marzo de 2015

EBOLA - ÁFRICA

Ahora que lamentablemente OCCIDENTE está preocupada por la hipotética expansión del virus del Ébola - que lleva matando personas en África desde 1975 o 1976 -, es el momento de recordar que independientemente de la gravedad del asunto (no conviene olvidar el SIDA), hay una enfermedad no de origen vírico ni biológico, pero si con un origen que arranca del momento en que el mundo rico (siglo XIX, de forma sistemática) comenzó a expoliar y someter a los pueblos que se decía entonces "atrasados"; esa enfermedad se llama HAMBRE, y es muy habitual y frecuente en ÁFRICA.
Hay diferentes estadísticas, pero todas hablan de cifras vergonzantes y escandalosas: 24.000 personas mueren al día de hambre (puede que sean unas pocas más o unas pocas menos, que más da); en torno a 1000 millones de habitantes padecen desnutrición severa; otras cifras hablan de unos 3000 millones de habitantes con hambre en el mundo: y seguramente la mayoría las podríamos encontrar en África.
¿Y ahora Occidente se preocupa del continente africano? ¿Se preocupa o se asusta de la exportación de sus enfermedades?
 Somos, digo somos, unos cínicos. El que era llamado "Tercer Mundo" en general, y África en particular se encuentra en tal situación de dependencia, subdesarrollo y miseria por que los intereses de los países ricos la propician y alimentan.
Dice Martín Caparrós que todos tenemos hambre, que todos sabemos y conocemos el hambre: una o dos veces al día, pero hay otra hambre, la persistente, la que no podemos quitar, la de aquella madre que tiene que hervir piedras para engañar a su hijo y darle algo que llevarle a la boca.
¿Y ahora con lo del Ébola nos preocupa África? No, nos preocupa a todos y todas nuestro bienestar (lo que por cierto, no debe ser indigno, sino una lógica aspiración del ser humano), pero un bienestar egoista.
La sociedad y nuestros dirigentes deberían aprovechar el momento para reflexionar sobre un mundo muy desigual, un mundo en el cual mueren miles y miles de semejantes por no tener que llevarse a la boca; reflexionar y actuar.
Pero aparte del deber y del respeto a los derechos humanos, hay un deber histórico: Europa expolió África, Europa sometió y provocó un tremendo seismo humano y económico en un continente que cada vez es más pobre.
(continuará)

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